¿Por qué TicBank?
Según UNICEF: 100.000 familias con ingresos de 900€ o menos al mes, no tienen acceso a Internet.
En 2019 la tasa de abandono escolar estaba en un 17,3%, por encima del 10% por el que se apuesta desde la Agenda 2020 de la UE para la prevención del mismo.
El aislamiento desencadenado por la crisis del Covid-19 ha supuesto un cambio en el prisma con el que mirábamos las actividades comerciales, laborales y la educativa. El impacto de las medidas ha supuesto un aumento de la vulnerabilidad de colectivos en riesgo de exclusión, empezando por del desempleo, y aumentando su aislamiento debido a la escasez de recursos tecnológicos. Especialmente grave es el aumento de la brecha digital del alumnado en riesgo.
El acceso a Internet y equipamiento digital solo lo obtenían en sus centros educativos y los centros sociales de sus distritos. Hay familias que no tienen ordenadores en casa. Otras que tienen que compartirlo entre todas las personas del hogar. Y otras que ni siquiera tienen internet. Un problema que se puede acentuar con la oleada de ERTEs y despidos que está provocando la pandemia del coronavirus: ya había familias que no tenían acceso a wifi por sus condiciones económicas y, en un escenario de crisis, la situación empeora.Si no tienes para llegar a fin de mes, no tienes para conectarte a la red. La realidad es cruda, pero muestra una vez más que en la educación tampoco hay igualdad de oportunidades. Un 10% de los alumnos ni siquiera dan señales de vida, y coincide con que estos alumnos son los que tienen recursos socioeconómicos más bajos.
Los efectos también son claros: quienes tienen más recursos pueden tener mejor acceso a la educación, y para quienes tienen menos será peor. Según datos como los que arroja el informe de UNICEF, The State of the World’s Children: Children in a Digital World, estas diferencias «amplifican las oportunidades de los niños de entornos más favorecidos mientras reduce las de los más desfavorecidos»
Ofreciendo a los y las infancia, jóvenes y personas en riesgo herramientas y medios digitales que, actualmente están fuera de su alcance, conseguimos reducir la brecha digital, mejorar las competencias personales, formativas, digitales y de empleabilidad.
Apostamos por el concepto «reutilización electrónica» con el objetivo de extender la vida útil de los productos a través de la reparación, restauración y reutilización. Desarrollando y compartiendo recursos de código abierto y datos de trazabilidad para garantizar cualquier reutilización. El dispositivo finalmente se recicla (incluso a nivel de componente). En nuestra opinión, esta es la única forma de persuadir a los gobiernos para que prioricen la reutilización sobre el reciclaje. Queremos promover la conciencia social sobre el impacto social y ambiental de cero desperdicio, economía circular, electrónica justa, derecho a reparación, reducción de la brecha digital y la inclusión social.